Para la OMS, ¿qué es la Leishmaniasis?
– En las Américas, las Leishmaniasis son
enfermedades transmitidas por vectores que causan en el humano un conjunto de
síndromes clínicos que pueden
comprometer la piel, las mucosas y las vísceras. Son causadas por 22 especies
de protozoos del género Leishmania y se transmiten a los animales
y humanos a través de la picadura de insectos flebótomos hembras de la
familia Psychodidae, conocidos popularmente como “chiclera, asa
branca, palomilla, mosquito palha y torito”, entre otros. La enfermedad se
puede presentar en tres formas clínicas: cutánea, mucosa y visceral.
– La forma cutánea de la enfermedad si presenta con
distintas manifestaciones clínicas, pero la más frecuente causa úlceras
localizadas o múltiples en la
piel. La forma clínica cutánea difusa, puede resultar en un desfiguramiento similar
a los efectos de la lepra, es de difícil cura y presenta
recaídas frecuentes después del tratamiento. La leishmaniasis mucosa puede
destruir parcial o totalmente las membranas mucosas de la nariz, la boca, las
cavidades y tejidos circundantes. La forma visceral – la más severa – produce
fiebre, pérdida de peso, inflamación del bazo y el hígado, anemia, y puede
ser mortal en el 90% de los casos, si no son tratados correctamente.
– Hay muchos factores que influyen en la transmisión
de la enfermedad: La pobreza, debido a las malas condiciones de vivienda y
deficiencias de
saneamiento, por ejemplo, la basura y alcantarillado abierto pueden promover el
desarrollo de lugares de cría y reposo de los insectos y facilitar su
transmisión a los humanos. Las Leishmaniasis se asocian con la migración y el
desplazamiento de personas a zonas donde existen en la transmisión. Los
cambios ambientales y climáticos, como desforestaciones, precipitaciones,
temperatura y humedad influyen en la incidencia de la leishmaniasis, así
también la incursión de las explotaciones agrícolas, construcciones de
carreteras, hidroeléctricas y los asentamientos en las zonas boscosas han
contribuido al aumento de casos.
– Para prevenir la picadura del vector se recomienda
el uso de medidas individuales y colectivas para reducir el contacto con el
vector, como: el uso de
relentes, telas, mosquiteros, limpieza del ambiente y cuando necesario, la
aplicación de insecticidas de efecto residual. El diagnóstico temprano y el
tratamiento adecuado están indicados a todos los casos confirmados.
En Salto se han presentado muchos casos de esta enfermedad con todo lo que ello ocasiona.
En Prodea estamos permanentemente atentos a esta situación porque la salud de los animales es una de nuestras prioridades. Por este motivo hemos comprado y colocado 100 collares especiales que protegen contra la Leishmaniasis.
Muy pronto estaremos comprando más collares ya que es una enfermedad de rápida propagación y en la chacra viven hoy alrededor de 400 animales.